¿Y si estoy bebiendo demasiado?

(Sí, lo sabemos. La foto de este post te ha dado unas ganas terribles de ir a la nevera a por una cerveza. Pero, vamos a hacer una cosa, primero léetelo y luego, si no hay ningún problema, vas a por ella.)

Sin duda, las reuniones con familiares y amigos se han reducido en el último año a raíz de la COVID19. Con ello, cabría esperar que también nuestro consumo de alcohol se hubiese reducido. Sin embargo, durante el confinamiento los datos demuestran precisamente todo lo contrario. Ahora nos encaminamos a la época de excesos por antonomasia en todo el año: la navidad. ¿Y si estoy bebiendo demasiado? ¿Y si a raíz de toda esta nueva normalidad mi consumo de alcohol ha aumentado hasta ser un riesgo para mi? Pues hoy vamos a enseñaros cómo averiguarlo para poder ponerle freno cuanto antes.

En primer lugar, debemos decir que no todas las personas tienen la misma predisposición a sufrir un trastorno derivado del consumo alcohólico. Existen 3 variables principales que debemos de tener en cuenta:

  1. Nuestra predisposición genética.
  2. El ambiente en el que nos desarrollamos.
  3. Nuestra personalidad.

Hoy en día se estima que hasta el 50% de la vulnerabilidad al alcohol se codifica en nuestro genoma. Por suerte, existen diferentes marcadores que podemos analizar para descubrirla. Además, los análisis genómicos pueden aportar una visión completa del funcionamiento de nuestro organismo al mismo tiempo. Así podremos predecir si los efectos de un consumo continuado de alcohol nos van a perjudicar especialnente y adoptar una solución temprana.

cerveza

¿Cómo puedo saber si estoy bebiendo demasiado?

Pues, de hecho, es bastante sencillo. Existen una lista de síntomas o circunstancias que nos podrían ayudar a identificar el problema. Cumplir con dos o más de algunos de estos elementos puede ser sugestivo de desarrollar un problema con el alcohol:

  1. Consumo alcohol durante más tiempo del planeado.
  2. No consigo reducir el consumo a pesar de querer hacerlo.
  3. Gasto buena parte de mi tiempo comprando, consumiendo y recuperándome del consumo de bebidas alcohólicas.
  4. Suelo pensar en consumir alcohol.
  5. Sigo bebiendo a pesar de que esto desgasta mis relaciones personales.
  6. Continúo bebiendo incluso en situaciones que son arriesgadas (por ejemplo, al conducir).
  7. Sigo bebiendo aún cuando he debutado en alguna enfermedad asociada al consumo del alcohol.
  8. Frecuentemente dejo de hacer tareas para tomar alcohol.
  9. Cada vez bebo más para llegar a los mismos efectos.
  10. Cuando dejo de beber me siento especialmente mal (náuseas, vómitos, temblor, necesidad de tomar alcohol, …)

¿Qué problemas me puede causar un consumo excesivo a largo plazo?

Aunque no solemos acordarnos, el consumo excesivo de alcohol es una de las principales causas de muerte en países desarrollados. Esto se debe a que un consumo prolongado y excesivo de bebidas alcohólicas se asocia con la aparición de:

  1. Hipertensión arterial.
  2. Enfermedades cardiovasculares.
  3. Cirrosis hepática.
  4. Pancreatitis.
  5. Tumores orales, de cuello e hígado.
  6. Desórdenes alimentarios.
  7. Gastritis.
  8. Infecciones respiratorias.
  9. Desarreglo del sueño.

Lo sé, uno pensaría que somos un poco aguafiestas. Pero esto es a lo que te expones siempre que tu consumo de alcohol se vuelva desmesurado. Y si le sumas una prediposición genética, bueno, tienes todas las papeletas. Quizás sea hora de averiguarlo, tomar cartas en el asunto y poder evitarte todos estos problemas con nuestro kit genómico de nutrición, ¿no crees?