¿Tienes ya tu reloj interno en hora?
A los españoles se nos puede dividir en tres tipos de personas: las que odian el cambio a horario de verano, a las que no les importa, y las que son más felices cuando anochece más tarde. ¿Creéis que esto es un simple capricho de cada persona? Pues lo cierto es que esto, como tantísimas cosas que probablemente ni nos imaginamos, está controlado por nuestra biología, es decir, por nuestro ADN.
Nuestro cuerpo tiene un reloj interno, al que científicamente se le da el nombre de ritmo circadiano, que provoca cambios físicos, mentales y de conducta siguiendo un ciclo de 24 horas, básicamente respondiendo a los ciclos de luz y oscuridad. Estos ciclos de luz provocan cambios en la expresión de ciertos genes encargados de coordinar el reloj biológico de nuestro organismo.
Los cambios en nuestro ritmo circadiano afectan profundamente a nuestro bienestar (aunque hay personas que son más tolerantes que otras), especialmente cuando vamos cumpliendo años. Por eso, entre otras cosas, cuando somos mayores nos cuesta más recuperarnos después de una noche de juerga que cuando somos jóvenes (al margen de otros…factores).
Es posible que si estás leyendo esto y aún eres joven no entiendas de qué estamos hablamos. Pero hay otro ejemplo que es probable que hayas experimentado si te gusta viajar: el famoso jet lag. Cuando cambiamos de huso horario, el reloj biológico debe cambiar para adaptarse a los nuevos ciclos de luz y oscuridad. Todo el desajuste que sentimos cuando tenemos jet lag deriva precisamente de la adaptación de nuestro ritmo circadiano al nuevo huso horario. Habrás notado que hay gente a quien le afecta más el jet lag o que se recuperan peor de una noche de fiesta que otra, ¿verdad? Pues eso depende también de nuestra biología: hay personas que son más sensibles a esa adaptación por la que pasa nuestro cuerpo frente a los cambios de horarios.
¿Y podemos sentir también ese desajuste con el cambio horario de invierno y verano? Pues aunque parezca una tontería, porque solo cambia en una hora, hay mucha gente que sí lo siente, y necesita unos días para adaptarse al nuevo horario.
Como curiosidad, el ritmo circadiano no solo se hace evidente cuando sufrimos cambios de horario, sino que también se manifiesta en nuestro día a día. Cada persona tiene un cronotipo, que puede ser diurno o nocturno, lo que significa que tiene mayor energía por la mañana o por la noche, respectivamente. Todo este conocimiento sobre nuestro reloj interno es muy importante de cara a nuestra salud. Tanto es así que a los investigadores que descubrieron los mecanismos moleculares que controlan los ritmos circadianos (Jeffrey C. Hall, Michael Rosbash y Michael W. Young) se les otorgó el premio Nobel de Medicina en 2017.
Y tú, ¿conoces cuál es tu cronotipo? Si quieres saber más sobre lo que tu ADN tiene que decir sobre tu ritmo circadiano consulta nuestro test genómico de bienestar.