Microbioma: no estamos solos

Estamos seguros de que antes de empezar a leer la entrada has comprobado que no estabas en el blog de Iker Jiménez. No te asustes, no nos estamos cambiando de campo, seguimos hablando de ciencia. ¿Y a qué viene esto de que no estamos solos? Es una forma de decir que nuestro cuerpo está habitado por millones de bacterias. Y no hay que alarmarse, muchas de esas bacterias son imprescindibles para mantenernos sanos.

Es raro, porque siempre hemos asociado las bacterias a enfermedades, encasillándolas en el papel del malo de la película. Tanto es así que, si es la primera vez que lees sobre esto, es probable que tengas una actitud un poco escéptica ante los beneficios de las bacterias para nuestro organismo.

Desde la secuenciación completa del genoma en 2001, el interés por conocer las poblaciones bacterianas que viven en nuestro organismo (lo que llamamos microbioma o microbiota) ha ido creciendo, así como las ganas de saber qué efecto tienen esas bacterias en nuestro bienestar. Todo el esfuerzo llevado a cabo por científicos de todo el mundo ha permitido descubrir que el microbioma es particular de cada individuo y tiene un papel activo en nuestra salud. Se sabe que la presencia y la proporción de ciertas poblaciones bacterianas influyen en el desarrollo de obesidad y diabetes tipo II, de cirrosis o de cáncer, por ejemplo. Los cambios en el microbioma han sido asociados incluso a enfermedades como el autismo, a la sensibilidad a enfermedades como la COVID-19 o a la eficacia de tratamientos para enfermedades cardiovasculares.

Microbioma

Uno de los casos más conocidos es el de la especie bacteriana Helicobacter pylori, cuya asociación con el carcinoma gástrico y algunos linfomas gástricos ha sido ampliamente estudiada. De hecho, en la actualidad, a esta bacteria se le considera un carcinógeno (así es como se llaman a los compuestos capaces de producir o favorecer la aparición del cáncer) y, por tanto, un factor de riesgo para el desarrollo de cáncer gástrico. Aunque no se sabe con certeza cómo la presencia de esta bacteria puede conducir al desarrollo de carcinomas gástricos, se piensa que es debido a la reacción inflamatoria que produce en las células que revisten el estómago. Por otro lado, la infección por H. pylori se ha asociado a una disminución del riesgo de desarrollo de otros tipos de cáncer, como el cáncer de esófago.

El descubrimiento de la importancia del microbioma en nuestra salud ha llevado a usar los trasplantes de microbioma como tratamiento para diversas enfermedades. Y es que estos trasplantes, aunque no sea elegante hablar de temas tan escatológicos, se basan en la implantación de heces procesadas de personas sanas en pacientes que sufren distintas enfermedades. Aunque en muchos pacientes estos trasplantes han sido exitosos, actualmente se han frenado muchos ensayos clínicos por la aparición de infecciones en algunos pacientes.

Aunque aún quedan muchas preguntas sin responder, sabemos que el conocimiento de nuestro microbioma puede ayudarnos a descifrar la predisposición a enfermedades, entre otras cosas. Y tú, ¿no quieres conocer a los microorganismos con los que convives?