Rosalind Franklin: la madre del ADN y mucho más

Rosalind Franklin: la madre del ADN y mucho más

Si alguna vez has leído sobre mujeres en la ciencia que fueron víctimas de la misoginia y el machismo de la época, seguro que el nombre de Rosalind Franklin ha aparecido.

Su historia es una de las injusticias científicas que más repercusión ha tenido, pero es una historia que se ha descontextualizado, y el escándalo del descubrimiento del ADN ha ensombrecido su brillante trayectoria como científica.

Queremos aprovechar el día de la madre para hacer un homenaje a una gran científica que se podría considerar la madre del ADN, pero que también realizó otras muchas contribuciones de igual importancia que seguramente no conozcas.

Rosalind Franklin nació en Londres en 1920. Aunque no era habitual en la época, Franklin tuvo acceso a una educación de calidad, lo que le permitió estudiar la carrera en Física y Química y el doctorado en el Newman’s College de la Universidad de Cambridge.

Tras obtener el doctorado, se fue a París, donde perfeccionó sus habilidades en la técnica de cristalografía de rayos X. En 1951 consiguió una beca para irse al King’s College de Londres, donde comenzó a aplicar esta técnica al estudio de la estructura del ADN. Aunque su producción científica fue brillante en los dos años que estuvo en ese laboratorio, su historia se vio mermada por la mala relación que tuvo con uno de sus compañeros: el físico Maurice Wilkins.

De hecho, un evento fundamental que permitió a James D. Watson y Francis Crick descubrir la estructura del ADN fue conocer, de la mano de Wilkins y a espaldas de Rosalind, los resultados que había obtenido la joven doctora en su investigación. Y para hacerlo incluso más grave, en el momento de la publicación de la estructura del ADN por Watson y Crick en 1953, no se hizo ningún tipo de reconocimiento ni alusión a Rosalind Franklin.

Rosalind Franklin: la madre del ADN y mucho másTras estos acontecimientos, Rosalind Franklin decidió cambiar de laboratorio y empezó a trabajar con el virus del mosaico del tabaco. Fue en este campo donde siguió su carrera científica hasta lograr liderar su propio grupo de investigación. Su excepcional trayectoria generó importantes aportaciones al estudio de la estructura de virus y le otorgaron gran éxito y reconocimiento en este campo. En 1956 le diagnosticaron cáncer de ovario, pero Franklin siguió investigando incansablemente hasta su muerte en 1958.

En sus últimos años de vida, Rosalind Franklin fue muy respetada y admirada entre los estudiosos de la estructura de virus, siendo invitada a numerosos congresos internacionales, algo que en la época no era tan fácil.

En su tumba, una inscripción que reza “Su trabajo con virus supuso un beneficio eterno para la humanidad” pone de manifiesto cómo Rosalind Franklin destacó en este campo. A pesar de ello, hoy en día se la recuerda únicamente por su trabajo no reconocido en la estructura del ADN, el cual por supuesto fue admitido años más tarde por la comunidad científica.

En cualquier caso, y aunque quizás sea por el motivo equivocado, Rosalind Franklin es ahora una referencia para miles de jóvenes científicas y hoy se la recuerda y reconoce mediante numerosos premios e importantes instituciones que llevan su nombre. Hasta la Agencia Espacial Europea (ESA) tiene un rover que lleva su nombre y que llegará a Marte en 2021 para rastrear vida en el planeta.

El trabajo de Rosalind Franklin constituyó una de las primeras piedras sobre las que se cimienta todo el conocimiento que hoy tenemos sobre el ADN y el genoma humano. Gracias a científicas como ella, los análisis que ofrecemos las compañías de genómica personal son posibles.

Por ello, desde EGO Genomics decimos en un día como hoy: ¡Feliz día de la madre, Rosalind!