No. La salud y la enfermedad resultan de la interacción entre el genoma y múltiples de factores ambientales, entendiendo estos como todo agente externo que nos rodea y que interactúa con nuestro organismo, tales como la dieta, el estilo de vida, las infecciones, el tabaco, los contaminantes ambientales, etc. Estos factores pueden tener un impacto tan o más grande que tu predisposición genética de cara al desarrollo de un determinado rasgo de salud. Por ejemplo, el hecho de tener predisposición genética a la obesidad no implica que se vaya ser obeso de manera inevitable, una dieta correcta y ejercicio pueden prevenirlo. Lo mismo ocurre en el sentido contrario, no tener predisposición genética a la obesidad no significa que nunca se vaya a ser obeso, unos hábitos poco saludables pueden conducir a tal condición al margen de la dotación genómica. En este sentido, el análisis genómico no diagnostica, sino que indica cuáles son los puntos débiles de tu cuerpo para puedas prestarles especial atención y así prevenir el potencial desarrollo de problemas de salud.