Cerveza: luces y sombras

Llega el buen tiempo, empieza ya el calorcito y, aunque con medidas de seguridad debidas a la pandemia, también el terraceo. No sé vosotros, pero a nosotros en esta época nos encanta tomar algo al salir del laboratorio. Casi todos somos cerveceros, menos Rubén, él siempre se pide otra cosa. Si compartís esta afición, lo que es muy posible viendo los informes de consumo de cerveza en España, es posible que os preguntéis hasta qué punto os deberíais alarmar. Como resulta evidente, el consumo excesivo de alcohol es muy perjudicial para nuestra salud. No obstante, un consumo moderado se ha visto asociado a ciertos efectos beneficiosos para nuestro organismo. Por ejemplo, la cerveza contiene ciertos nutrientes como son sales minerales, de hierro, magnesio y calcio. Desgranemos entonces las dos caras de esta bebida.

Efectos sobre el peso corporal

Aunque se cree habitualmente que ayuda a aumentar el perímetro abdominal, los estudios científicos al respecto no han dado una evidencia tan clara. Incluso algunos de ellos han arrojado resultados muy dispares. En realidad, es muy posible que la asociación positiva entre el alcohol y la ganancia de peso se deba a que solemos acompañarlo de comidas ricas en grasas e hidratos de carbono.

Osteoporosis

El consumo excesivo de alcohol disminuye la masa ósea y la densidad mineral. Así, favorece la aparición y el desarrollo de la osteoporosis. Básicamente, el alcohol en exceso puede detener la formación de hueso nuevo. Curiosamente, el consumo moderado de cerveza con alcohol y sin alcohol se ha asociado al efecto contrario. Esto sucede porque esta bebida contiene fitoestrógenos y otros compuestos bioactivos que, por un lado, detienen la destrucción de hueso y, por otro, facilitan la formación de este.

Enfermedad cardiovascular

Un consumo excesivo de alcohol resulta perjudicial para el sistema cardiovascular. No obstante, desde hace tiempo existe abundante evidencia científica que indica que el consumo moderado de cualquier tipo de alcohol puede resultar beneficioso en este aspecto. En el caso particular de la cerveza, este efecto es dual. Por un lado, el propio etanol ayuda a mejorar el perfil lipídico, aumentando los niveles de HDL (colesterol bueno) y disminuyendo los de LDL (colesterol malo). Por otro lado, los componentes no alcohólicos tienen un efecto antioxidante, además, entorpecen la aterogénesis y la trombosis.

Frente a todo esto, tampoco debemos olvidar que existe variabilidad entre las personas que nos predispone en mayor o menor medida a todo lo que hemos comentado, y que en gran parte se debe a la genética de cada uno. ¿Quieres saber cuál es tu perfil genético del metabolismo y tolerancia al alcohol? Contacta con nosotros.

En conclusión, como se suele decir, “la virtud está en el medio”. Un consumo leve o moderado de cerveza puede tener efectos beneficiosos para salud. No obstante, el abuso de esta bebida, como la de casi cualquier sustancia o nutriente, tiene efectos perjudiciales. Bebe siempre con moderación.